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lunes, 3 de agosto de 2015

Las selfies ¿un problema?

Lamentablemente, los selfies se han popularizado tanto que a menudo, muchos adolescentes no se lo piensan dos veces a la hora de tomar una foto y publicarla.

No todos los selfies son positivos o incluso seguros, por ello, tus hijos necesitan saber diferenciar entre un selfie inocente y una situación potecialmente peligrosa.

Si tu hijo sube habitualmente selfies a la red, deberías tener una charla cara a cara con el lo antes posible.

A continuación, os damos algunos consejos.

Pensando en localización, localización y localización

Al igual que con cualquier otra fotografía que comparta tu hijo en sus redes sociales , al hacerlo debe tener cuidado de no revelar ninguna información privada, especialmente en cuanto a la ubicación en la que se ha tomado el selfie. Muchos medios de comunicación social tienen plataformas y aplicaciones GPS que etiquetan las fotografías con la ubicación de la persona que toma la imagen. Esto es un sueño hecho realidad para un depredador. Evitar por completo este tipo de aplicaciones o como mínimo deshabilitar cualquier capacidad de GPS que pueda dar alguna pista sobre la ubicación exacta de tu hijo a un extraño es clave para preservar su seguridad.

Ir un paso más allá y enseñar a tu hijo a examinar otros detalles de la fotografía que puedan revelar su ubicación, como los letreros de las calles o monumentos. Incluso algo tan inocuo como el logotipo del colegio en una camiseta o en la bolsa del gimnasio puede dar pistas a un depredador para saber cuál es el paradero del niño.

La reputación del zoom

Explícarle a tu hijo que cada publicación que hace en internet es como si utilizase un rotulador permanente, y por supuesto, el caso de los selfies no es una excepción. Como mi ex-alumna me comentaba, le presencia en línea de nuestros hijos probablemente sea evaluada a largo plazo por sus futuros entrevistadores a la hora de optar a un puesto de trabajo, por ejemplo. Por ello, la gestión de su reputación online se vuelve algo necesario. Que nuestros hijos tomen consciencia de ello, y educarles con el conocimiento de que eviten publicar selfies comprometidos o potencialmente ofensivos será clave para salvaguardar su reputación. Los mejores selfies son aquellos que expresan alegría y confianza en sí mismos.

También es importante saber que en ocasiones los adolescentes utilizan los selfies para sexting, o lo que es lo mismo, para enviar imágenes con contenidos eróticos o pornográficos mediante sus smartphones. Que tu hijo sea consciente de la naturaleza potencialmente pública de los mensajes de texto, sean del tipo que sean, y que sepa que no es buena idea que envíe imágenes reveladoras a nadie, aunque su perfil sea privado, es muy importante. Incluso en Snapchats, donde supuestamente el mensaje desaparece en cuestión de segundos una vez visto, con una simple captura de pantalla alguien puede compartir esa imagen instantánea con todo el mundo. Ni que decir tiene lo perjudicial que sería una situación de ese tipo para la autoestima y la reputación de cualquier adolescente.

Todo con moderación

Como dice el refrán, todo es mejor con moderación, y esto también lo podemos aplicar a los selfies. Publicar demasiadas fotos de uno mismo puede percibirse como una llamada de atención desesperada, o incluso como algo obsesivo. Si tomas la decisión de consentir que tu hijo publique sus selfies, aconsejale que lo haga de vez en cuando, no todos los días.
De acuerdo con una encuesta de Pew Internet, el 91% de los adolescentes han publicado al menos una foto de sí mismos en la red. El conocido cantante de pop Justin Bieber lanzó recientemente una aplicación dedicada exclusivamente al fenómeno selfie. Nos guste o no, según todos los indicios, los selfies han llegado para quedarse, por ello lo idóneo es asegurarse de educar a nuestros hijos en este moda de los selfies antes de que sea demasiado tarde.

Precisamente con el objetivo de salvaguardar la privacidad de los niños y la tranquilidad de los padres nace de la colaboración de Telefónica y Qustodio, Movistar Protege, un servicio multiplataforma para los padres sigan y gestionen a través de una web a través toda la actividad online de los hijos. Además, los padres pueden recibir informes detallados con la actividad diaria, semanal y mensual sobre el tiempo de uso de los menores en la red.

Accede al artículo en inglés AQUI

Phonbie, ¿que es?

¿Sabe lo que es un «Phonbie»?

Este es un nuevo término que se está extendiendo entre los adolescentes.

Se trata de un zombie tecnológico, un ser humano que ha perdido su condición de persona tras ser infectado por un virus que toma el control de sus actos a través de los dispositivos móviles.

De esta forma, la asociación Protégeles y la Fundación SmileStone (con la financiación de la Comunidad de Madrid) intentan, desde hace unos años, concienciar a los adolescentes de hacer un uso seguro y responsable de las tablets y los móviles.


El nuevo término da nombre a una campaña («The Phonbies») que comienza y acaba con el curso.

Miles de alumnos/as de numerosos colegios e institutos ya participan en esta acción preventiva a lo largo del año, asistiendo a talleres sobre la prevención del ciberbullying, el grooming o el sexting.

También se han tratado otras cuestiones importantes sobre las aplicaciones que habitualmente se descargan en internet. Y aspectos como las autorizaciones que se conceden en las descargas de dichas aplicaciones, cuestiones importantes sobre el manejo de sistemas de mensajería instantánea como WhatsApp o SnapChat, redes sociales como Instagram o juegos multijugador como el Clash of Clans.

En los talleres se advierte además de las consecuencias de un mal uso de estos dispositivos. Además se forman grupos de alumnos que, con el apoyo del centro escolar, realizan cortometrajes sobre el uso del móvil y la temática que propone la campaña, con el fin de participar en un concuros. Los cortos se pueden visionar en su web (http://www.thephonbies.com/).

La campaña ya ha concluido, como está a punto de hacerlo el curso escolar, pero en vacaciones los peligros que entreñan un mal uso de las tablets y los móviles siguen existiendo. Puedes conocer tu nivel de adición a las redes con un test que te propone la página web de «The Phonbies» y reconociendo alguno de los síntomas que te explicamos a continuación:

1. Alteración de la realidad: El sujeto pierde la noción del tiempo y no es consciente de las horas que pasa expuesto ante su terminal.

2. Dependencia: La infección provoca que use el dispositivo a costa de pasar más tiempo con sus amigos.

3. Síndrome de abstinencia: Sufre visibles ataques de ansiedad y comportamiento paranoide ante la falta de conexión.

4. Interferencia cognitiva: El dispositivo afecta de forma negativa a su vida diaria, descuidando actividades tan cotidianas como comer, aprender, relacionarse o dormir…

5. Alteraciones del carácter: Cualquier intento de alejarle del dispositivo móvil es interpretado como una agresión, desencadenando conductas agresivas o violentas.

6. Aislamiento: Su atención se focaliza exclusivamente en su terminal, hasta el punto de no responder a los estímulos de su grupo de amigos.

7. Tics nerviosos: Las consultas online son compulsivas, hasta convertirse casi en un movimiento espasmódico. Involuntario, repetitivo y automático.

Tu hijo no duerme, hace 'vamping' y es un 'phonbie'

Muchos jóvenes y adolescentes prefieren menos horas de sueño a cambio de más horas de conexión a Internet y a sus familias les cuesta abordar el problema sin conflicto.

No hay que ser un lince para darse cuenta de que la nueva brecha generacional entre tú y tus hijos será tecnológica. Son necesarias dosis de velocidad expresadas en bytes para descifrar los vocablos que describen comportamientos que los padres contemporáneos quieren evitar.

En Estados Unidos, según explica The New York Times, la práctica de trasnochar para seguir conectado se conoce como vamping desde que los propios adolescentes usan en sus comunicaciones nocturnas este hashtag que alude a sus películas de referencia –las sagas de vampiros–, al hecho de no poder dormir de noche y al envío de mensajes de textos a través de los chats en línea desde sus portátiles, tablets o dispositivos móviles.

En España, apelando a la ironía de los propios chavales y a la habilidad y empatía precisadas por los padres para atajar el asunto, se empieza a llamar phonbies a los adolescentes que no dejan sus pantallas ni a la hora de irse a dormir, y varias entidades, lideradas por Protégeles y la Comunidad de Madrid, han lanzado una campaña, titulada The Phonbies y dirigida por las productoras The Go Betweeners y Peek a Boom, dirigida al público juvenil que ridiculiza los efectos de vivir dominado por el móvil incluso durante las horas de sueño.

Aunque la caricatura que propone The Phonbies refleja un extremo disparatado con aires víricos y apocalípticos, las consecuencias de darle a Internet lo que le corresponde a Morfeo se asemejan a los de cualquier adicción: nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, aislamiento social offline y el llamado 'efecto tolerancia' que, Ana Oliaga, psicóloga y directora de proyectos de Protégeles, describe como “la necesidad, cada vez mayor, de invertir más y más tiempo para sentirse bien tras la conexión dado que, cuanto más conectados están, más conectados quieren estar”.

Y tras estos síntomas, llega el deterioro de varias dimensiones de su vida diaria. Las cifras no hablan de un virus como en el caso de la campaña, pero sí de un alarmante crecimiento de jóvenes que llevan a cabo conductas muy excesivas respecto a Internet: el 20% de los menores usan las redes con pautas que pueden desembocar en una adicción a internet y el 1,5% ya están enganchados según los datos para España del estudio EU NET ADB para conocer los riesgos de la conducta adictiva a Internet entre los adolescentes en Europa.
La noche fascina y expone

Como en los cuentos infantiles, la noche es la hora de los monstruos y, además de robarles horas de descanso, es una franja en la que se amplifica la exposición de los menores a los aspectos más perturbadores de la red: grooming (adultos que pretenden su amistad con fines sexuales), sexting (intercambio de fotos de contenido erótico), o ciberbulling (acoso a través del ordenador) son las prácticas que más preocupan a los padres y las que, aunque pueden darse a cualquier hora del día, son habituales en las conexiones nocturnas donde los tonos de las conversaciones cambian.

La batalla entre padres e hijos se presenta complicada cada vez que hay que irse a dormir. La noche no parece el momento más adecuado para permitir que mantengan sus conexiones y, sin embargo, es el momento más tentador. Danah Bouyd, autora del libro No es tan fácil: la vida social de los adolescentes en red (Yale University Press) apunta dos posibles causas del vamping al subrayar que la noche no solo es el tiempo en el que pueden comunicarse sin vigilancia y con más intimidad y privacidad sino que, cuando se apaga la luz, se apagan también las obligaciones y las tareas escolares y se enfocan los intereses personales. Y ese tiempo es percibido por los menores como el rato de rebeldía ante la sobrecarga de actividades dictada por los padres. Así que Internet deja de ser un medio para convierte en un lugar en el que relajarse y disfrutar de cierta intimidad y tiempo personal, quizá una de las conquistas más perseguidas por quienes avanzan hacia la vida adulta.

Prevención y recursos


Las recomendaciones sobre el tiempo máximo que un menor debe pasar activo en Internet no son claras. Oliaga precisa que “no es lo mismo estar conectado dos horas para hacer un trabajo, escuchar música mientras recoges tu cuarto, actualizar tus redes sociales, chatear o jugar a un videojuego”. Como tampoco es lo mismo la exposición a la tecnología que debe tener un menor de 5 años que otro de 17, ni la madurez del menor sea cual sea su edad. También hay diferencias generales entre chicos y chicas, ellos suelen tender a engancharse a los juegos en red y a ellas, más sociables, les cuesta cortar sus chats personales. En cualquier caso la experta es clara “estar dos horas o más jugando a un videojuego o participando en las redes sociales correlaciona positivamente con desarrollar conductas adictivas a Internet, así que podríamos decir que no más de media hora al día para los niños más pequeños y un máximo de una o una y media para adolescentes serían parámetros adecuados”.

Los expertos reconocen que, a veces, los padres se alarman y no distinguen entre un uso excesivo y la adicción. En la actualidad, hay recursos como el que ofrece la Fundación Maphre a través de su programa Controlatic para evaluar con test online las conductas sospechosas de los menores y ponerles remedio a través de profesionales especializados. Instalar controles parentales en el ordenador (como Escudo Web, Parental Control Bar o K9 Web Protection) puede limitar la conexión a una determinada hora del día, suspenderla y también filtrar a qué contenidos no pueden acceder.

Poner límites, animar a los menores a que socialicen y tener reglas para toda la familia sobre la hora en la que los dispositivos han de estar fuera de la habitación son algunos remedios para que aquellos adolescentes que hicieron la EGB y ahora son padres consigan apagar la luz de los dormitorios de sus hijos sin que las pantallas vuelvan a iluminarlos.


10 consejos para que sepas cómo evitar el Sexting

La norma básica es no contactar con extraños y no enviar ni recibir fotografías de tono sexual. Como sabrás, en Internet no podrás tener el control de lo materiales que compartís y no podrás saber con certeza que la otra persona no lo publicará o que otra persona no tendrá acceso a su teléfono celular o computadora.


10 consejos para que sepas cómo evitar el sexting

1) No accedas a chantajes.

2 Evitá contactar con desconocidos.

3) Denunciá el Sexting.

4) No compartas información o fotografías comprometedoras.

5) Si te piden, nunca envíes ni te saces fotografías que pudieran afectar tu reputación.

6) Deberás saber que tus fotografías pueden ser interceptadas por terceros.

7 ¿Quiénes exactamente reciben tus fotografías?

8 ) Si enviaste una imagen, no lo vuelvas a hacer, será una cadena que jamás terminará.

9) Bloqueá tus fotografías de las Redes Sociales, tal vez algunas sean comprometedoras y podrían afectar tu reputación en un futuro cercano.

10) Si sabés de alguien que está enviando o recibiendo fotografías, explícales el peligro, así estarás evitando que se propague esta práctica.

Cómo reportar contenido ofensivo en Youtube

YouTube es uno de los sitios más visitados a nivel mundial, se encuentra disponible en 75 países y en 61 idiomas.
Cada día se ven cientos de millones de horas en YouTube y se generan miles de millones de reproducciones, el número de horas de visualización al mes en YouTube aumenta un 50% año tras año y se suben 300 horas de vídeo por minuto.
Ahora la pregunta, ¿Todos estos materiales son adecuados? ¿existen pautas que los usuarios deben cumplir? ¿cómo puedo denunciar o reportar?

Dentro de las Políticas de YouTube prohíbe los siguientes tipos de contenidos: Contenido de incitación al odio, amenazas, desnudos o contenido sexual, contenido dañino o peligroso, acoso o ciberacoso, suplantación de identidad, peligros para menores, contenido gráfico o violento, spman, metadatos engañosos y estafas, entre otros. ¿Qué hago si me encuentro con un contenido similar? Veamos a continuación cómo denunciar.

Cómo denunciar un video de YouTube:

Para denunciar el video de YouTube deberás abrir el video e ingresar a la pestaña Más…. Que se encuentra debajo del reproductor del video, luego hacer clic en Denunciar.

Lee todo el artículo AQUI





Humillación en línea, el nuevo abuso en el noviazgo

Fotos de desnudos y mensajes crueles: el abuso digital entre jóvenes

El cyberbullying crece entre parejas adolescentes; las armas: fotos de desnudos y mensajes ofensivos en SMS y redes sociales.


Un nuevo estudio publicado en octubre pasado descubrió que cada vez más jóvenes emplean sus dispositivos tecnológicos y redes sociales para abusar entre ellos durante relaciones románticas.


Uno de cada 10 adolescentes informó haber recibido una llamada telefónica o mensajes de texto amenazantes a su celular por parte de su pareja romántica, según el Centro de Investigación de Abuso por Internet, un grupo de investigación que se dedica a rastrear comportamientos abusivos (o bullying) en Internet, entre los jóvenes.

Los adolescentes abusivos también pueden ejercer su control evitando que sus parejas usen la tecnología, según expertos. Cerca del 10% de los adolescentes entrevistados dijo que su pareja sentimental los obligó a dejar de usar una computadora o teléfono celular.

El estudio analizó 4,400 respuestas de estudiantes de entre 11 y 18 años de edad en un distrito escolar al sur de Estados Unidos. Los autores del estudio dijeron que éste es uno de los primeros intentos por cuantificar la frecuencia a la que ocurre el abuso digital entre parejas adolescentes.

"Puede ser revisando sus mensajes de texto e imágenes para asegurarse de que no esté enviándolos a otra persona", explicó Sameer Hinduja, cofundador del Centro de Investigación de Cyberbullying y profesor de criminología en la Universidad Florida Atlantic.

"Quieren asegurarse de que las imágenes sean apropiadas. Es una coerción y control que se compara con la violencia en el mundo real".

En ocasiones, el abuso involucra el intercambio de fotografías subidas de tono y mensajes con contenido sexual, una práctica llamada 'sexting'.

El estudio mostró que los hombres son más propensos a ser víctimas: el 5% de los hombres y el 3% de las mujeres han tenido una pareja sentimental que subió o compartió fotografías humillantes en línea.

No hay dónde esconderse

Kevin Jennings, asistente de educación en la Oficina de Escuelas Seguras y Libres de Drogas, dice que el abuso digital entre parejas se está volviendo un problema más frecuente entre los adolescentes.

La tecnología de tiempo completo permite que la pareja abusiva acose a la otra persona después de clases y durante los fines de semana, dijo.

Jennings dijo que las redes sociales, que pueden conectar a miles de estudiantes, dan a la pareja abusiva un mayor apalancamiento. Con acceso a tantos amigos en línea, el abusador puede publicar mensajes dañinos en línea sobre su pareja, o amenazar con hacerlo.

"Es el fenómeno de sin lugar a dónde huir ni esconderse", dijo Jennings. "Ahora te pueden acosar electrónicamente. Ni siquiera puedes ver de dónde salió tu depredador".

Jill Murray, psicoterapeuta en California, que ha trabajado con víctimas de abusos de pareja entre adolescentes, dice que casi todos sus casos más recientes durante los últimos tres años involucran a la tecnología. En algunos casos, las víctimas, que suelen ser niñas adolescentes, reciben hasta 40 mensajes de texto al día con contenido negativo por parte de su pareja.

"Deben tener sus teléfonos encendidos todo el día y toda la noche, y estar al pendiente", explicó Murray.

Advirtió que el abuso en línea y por medio de teléfonos celulares puede convertirse en violencia física.

Como el abuso digital no deja marcas físicas en sus hijos, los padres pueden no tener idea de que estén siendo víctimas de abusos. Los niños también temen reportar el abuso a sus padres porque pueden creer que el abuso no es un problema importante, o temen que se les retiren sus teléfonos o computadoras, según los expertos.

La humillación puede durar mucho para un adolescente, dijo Parry Aftab, fundadora del grupo contra el bullying en Internet llamado Wired Safety. Ella ha escuchado de casos en los que las parejas abusadoras roban la contraseña de su pareja para revisar sus actividades de forma rutinaria.


En ocasiones, el abusador puede violar la privacidad de su pareja entrando a su correo electrónico o revisando su teléfono. Los adolescentes abusivos también pueden monitorear el comportamiento de su pareja en redes sociales como Facebook y MySpace.

Para combatir el abuso digital, varias organizaciones han lanzado campañas para educar a los adolescentes sobre las consecuencias dañinas del abuso digital entre parejas. El Fondo de Prevención de Violencia Familiar está trabajando con el Departamento de Justicia para publicar una serie de anuncios de servicio público en su campaña Eso no está bien (That’s Not Cool), que fomenta que los adolescentes presten mayor atención a su comportamiento digital con sus parejas.

La línea de ropa para mujeres Liz Claiborne Inc. está atendiendo el problema del abuso digital entre parejas. Los adolescentes pueden llamar pidiendo ayuda en su línea de atención o en el sitio web Love is respect (Amor es respeto).

Allyson Pereira sigue llamando la atención sobre este tipo de abuso. Recientemente se graduó de una universidad comunitaria con un título en educación primaria. La terapia y el tiempo la han ayudado a superar el abuso digital que tanto padeció.

Ahora ofrece consejos sobre qué deben hacer los adolescentes en caso de ser víctimas de violencia digital entre parejas: "Háblenlo con alguien de confianza y busquen ayuda, porque no pueden hacerlo por su propia cuenta", dijo. "Es una carga muy pesada con la que deben cargar".

Como padre, ayúdales a denunciarlo.


Identidad digital


Identidad digital

La identidad digital es lo que somos para otros en la Red o, mejor dicho, lo que la Red dice que somos a los demás.

No está definida a priori y se va conformando con nuestra participación, directa o inferida, en las diferentes comunidades y servicios de Internet. Las omisiones, al igual que las acciones, constituyen también parte de nuestra identidad por lo que dejamos de hacer. Los datos, por supuesto, nos identifican. También las imágenes, su contexto y el lugar donde estén accesibles proporcionan nuestro perfil online.

Sexting, una amenaza desconocida

El sexting se ha convertido en un fenómeno actual, pues es practicado por el 40% de la población encuestada. Aunque se manifiestan ciertas diferencias por género en la recepción y envío de mensajes de contenido sexual, por lo general se perciben bastantes semejanzas entre Brasil y los otros trece países de América Latina estudiados.

En Brasil los principales riesgos asociados al sexting son la extorsión (59%), ciberbullying (45%), daños al honor, intimidad e imagen (42%) y pornografía infantil (36%). La alarmante sensación es aún más elevada en los trece países de América Latina, donde hay una mayor percepción de los peligros: un 10% y un 20% más de la población considera la extorsión y los daños al honor, intimidad e imagen riesgos del sexting, el 65% considera que está relacionado con la pornografía infantil, el 57% con el acoso en internet y el 34% con el ciberbullying.

Pero esos riesgos son aún más destacados entre las personas que admitieron que se había dado un caso de sexting en su entorno, especialmente entre quienes lo sufrieron en su familia, en la escuela o en el trabajo. Los resultados revelan la necesidad de concienciar a las personas involucradas en esta práctica para que conozcan sus peligros, no sólo para sí mismas, sino también para las otras personas que aparecen en los mensajes de contenido erótico.

Además, el estudio manifiesta que la mayoría de las casas tanto en Brasil como en los trece países latinoamericanos cuentan con dispositivos tecnológicos. En el 72% de las viviendas en Brasil y en el 63% en América Latina tienen teléfonos móviles, mientras que el 54% y el 48% poseen webcam, respectivamente. En el 84% de las casas latinoamericanas y en el 79% de las brasileñas hay ordenador. Así pues, la mayoría de los niños, niñas y adolescentes van a crecer y desarrollarse en una realidad digital contemporánea necesitando, en consecuencia, una educación específica en dicha área.

Proyectos educativos de prevención en las escuelas
Los principales riesgos relacionados con el sexting afectan a todo el mundo, pero más a niños, niñas y adolescentes, pues son quienes tienen menos herramientas y capacidad para defenderse en una situación de acoso por internet, cyberbullying en la escuela, chantaje para que sus fotografías y vídeos de contenido sexual no sean publicados o quienes no se consiguen proteger contra la pornografía infantil. Por eso, el 96% de las personas encuestadas en América Latina y el 90% en Brasil consideran que se deben ofrecer proyectos educativos de prevención al sexting en las escuelas para que, aunque decidan practicarlo, conozcan sus posibles consecuencias.

Término desconocido, aunque considerado un problema
El desconocimiento del fenómeno es general tanto en los trece países encuestados de América Latina como en Brasil, alcanzando el 70% y el 76%, respectivamente. Este es un dato revelador considerando que alrededor del 40% de la población en las dos regiones realiza sexting. Es más, la ignorancia en torno a dicho término abarca en Brasil al 65% de las personas practicantes y en América Latina al 59%.

Sin embargo, la falta de conocimiento no disminuye la gravedad de esta práctica. El 63% del universo encuestado en América Latina y el 59% en Brasil lo consideran un problema grave o muy grave, con lo que no están de acuerdo quienes han enviado sexting. Aproximadamente el 75% de estas personas lo considera irrelevante, opinión compartida por el 60% de quienes habían recibido mensajes de contenido erótico.

El sexting no constituye una mala práctica per se –excepto cuando hay menores implicados, por la producción de pornografía infantil – pero puede convertirse en peligrosa, pues una vez los videos o fotografías han salido de nuestro control no existe una total seguridad de que vayan a poder ser retirados de internet. Y si así fuese, esas fotos o videos podrán volver a ser publicadas siempre que alguien las haya guardado.

Un 10% más de hombres que mujeres practica sexting en Brasil y América Latina
Alrededor del 40% de los hombres encuestados ya han practicado sexting. Sin embargo, sólo el 33% de las mujeres en América Latina y Brasil admitieron haberlo hecho. Esas diferencias por género son aún mayores cuando se trata de recibir fotografías o videos de contenido sexual: en América Latina el 73% de los hombres encuestados los recibieron, un 14% más que las mujeres, mientras que en Brasil los porcentajes fueron de 68% para los hombres y 58% para las mujeres.

Estas disparidades por género se confirman al tener en cuenta los motivos para realizar sexting. Los videos y fotografías con desnudos son enviados principalmente a parejas y amistades íntimas, tanto por parte de las mujeres como de los hombres, pero ellas son más cuidadosas que ellos, pues practicaron menos sexting con personas que únicamente conocían online y/o que acababan de conocer.

¿Que es el sexting?


Sexting (contracción de sex y texting) es un anglicismo para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles.

Comenzó haciendo referencia al envío de SMS de naturaleza sexual.

Lo llaman «sexting» y es el fenómeno de fotografiarse en actitud provocativa para enviar las imágenes a alguien de confianza. Desde hace varios años, este hecho se va extendiendo entre los jóvenes gracias a las redes sociales y a aplicaciones de mensajería efímera tipo Snapchat, que prometen que un mensaje se autodestruye pasado un cierto tiempo, lo que ofrece una garantía de mandar imágenes subidas de tono de forma privada.

Y es que, con la popularización de las nuevas tecnologías, el uso del «sexting» -contracción de sex y texting- centre los adolescentes se expande cada vez más. En un principio comenzó haciendo referencia al envío de mensajes de naturaleza sexual y con la evolución de los teléfonos móviles, ha derivado en el envío de fotografías o vídeos de contenido sexual.

Esta práctica puede causar graves daños psicológicos a los jóvenes que en la mayoría de los casos desconocen el destino final de sus fotografías íntimas, según expertos en psicología, quienes advierten que se trata de una práctica de alto riesgo.

Casi un 10% de los jóvenes de entre 10 y 16 años han recibido fotos cargadas de erotismo. Las intercambian por fanfarronería, por seducir o porque sus parejas se lo piden para generar morbo y excitación. El problema viene cuando el que las recibe decide difundirlas entre amigos o colgarlas en internet, tal vez derivada de una ruptura y por despecho.

Pero esto puede generar consecuencias legales. Los menores que se fotografian y las difunden pueden ser acusados de producción y distribución de pornografía infantil y evitar así las secuelas psicológicas.