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martes, 4 de agosto de 2015

Facebook bully video: Teenager avoids jail after viral footage showed her attacking 14-year-old girls

Facebook bully video: Teenager avoids jail after viral footage showed her attacking 14-year-old girls
13:32, 3 AUGUST 2015
BY RICHARD WHEATSTONE

The 16-year-old girl was given a referral order and told to pay compensation to the victims after admitting assault and robbery at Birmingham Youth Court

A teenager has been spared jail after a viral video showed her attacking two 14-year-old girls and forcing them to apologise on their knees for giving her a 'dirty look'.

A district judge branded the incident, filmed on a street in the Northfield area of Birmingham, a "horrendous act of bullying".

The appalling footage was uploaded to Facebook and sparked fury after being viewed more than 11 million times on social media.

The video shows her attacking the two victims, forcing them to take their shoes of and apologise on their knees and throwing their handbags in the road as they beg for the attack to stop.

One of the 14-year-old victims is seen deeply distressed and desperately trying to get her friend to call relatives for help - but the gang repeatedly warn her "don't call your nan".

The 16-year-old girl, who cannot be named, also pocketed one of the girl's iPhones after rifling through her handbag.

She had been remanded in custody "for her own welfare" after pleading guilty to assault and robbery last month as her name and mobile phone number were revealed online - triggering death threats.

But the girl was spared further jail time and sentenced to a 10-month referral order at Birmingham Youth Court today.

She was also ordered to pay compensation to the two victims.

The teenager told police she could not remember anything about the incident happening at about 10pm on Saturday, July 11, having downed a bottle of vodka earlier that night.

But District Judge David Robinson, sentencing, said he did not believe the girl's story she was too drunk to remember the assault.

He said: "I've seen the video and it's clear you knew exactly what you were doing and why you were doing.

"There are a number of factors which aggravate the seriousness of these offences.

"The assault was pre-planned and motivated by a desire to humiliate the two girls, who were younger than you.

"They were surrounded by a group, clearly with you, and must have been terrified. You struck both with their own handbags.

"You humiliated both, forcing both to apologise for some perceived look or slight. You forced agreement out of them not to call the police at threat of violence, subjecting them to further degradation, forcing the removal of the shoes of one of the girls.

"Their humiliation is complete in that their ordeal has been spread across social media."

The judge also ordered £400 compensation should be paid to one victim and £100 to another.

The girl, who has finished school, said she was "disgusted" with herself after being shown a video of what happened by police, following her arrest.


lunes, 3 de agosto de 2015

Redes sociales y las contraseñas

Dime tu contraseña y te diré quién eres: hay una historia fascinante en cada clave

Las contraseñas pueden esconder nuestras obsesiones ocultas o el recuerdo de un ser querido, el nombre de la persona a la que amamos o las peores prácticas de seguridad. ¿Es posible descubrir la personalidad de un usuario a través de ellas?

Hacemos las cosas por alguna razón: elegir coche, destino de vacaciones, carrera universitaria… Incluso contraseña. Detrás de cada combinación más o menos aleatoria de letras, números y caracteres hay una historia que merece la pena contar. Le hemos preguntado a varias personas por sus contraseñas en servicios de internet, tanto nuevas como antiguas. Detrás hay todo tipo de anécdotas, centradas en un mismo objetivo: el recuerdo.

Una joven opositora nos dice que suele utilizar "una bastante tonta": ' asdfghASDFGH'. ¿Por qué? "Porque era fácil de recordar y contiene mayúsculas y minúsculas, algo que piden en muchos servicios para que la contraseña sea segura".

Cuanto más se complique la clave para contrarrestar ataques informáticos, más difícil será memorizarla. "En un caso también uso caracteres especiales", nos cuenta un barcelonés. "Esto se debe a que el servicio me alertó de que podría haber un intruso, así que traté de complicarla un poco. Ahora me cuesta mucho más recordarla…".

Algunas personas se plantean si tanta mayúscula, tanto número y tanto carácter especial sirven para algo. "No voy a decir mis contraseñas actuales", nos cuenta una estudiante de máster, que parece ser una adelantada en el uso de mayúsculas con su 'JamonConQueso' de 2005 ("por entonces ni siquiera recuerdo que avisaran que la contraseña era más segura si intercalabas mayúsculas con números"), "pero sí puedo decir", continúa, "que intento tener una por cada servicio que utilizo. Esto hace que a veces me vuelva loca y que la mayoría de las veces tarde hasta 3 o 4 intentos en atinar con la que es. ¡Me pregunto si merece la pena!".

Más allá de esto, tenemos historias de amor y desamor, que recordamos con cada tecleo. La chica del 'JamonConQueso' utilizó a los 12 años, para su primera cuenta de correo electrónico, la contraseña 'Carlitos'. "Era el nombre del niño que me gustaba", rememora. Una periodista de 27 años nos cuenta que una de sus primeras contraseñas fue 'frances' "porque es la nacionalidad de un chico que me gustaba en la adolescencia. Sigo utilizándola en algunas nuevas cuentas, pero le voy añadiendo números o poniendo algunas letras mayúsculas".

Otra joven de su misma edad nos dice que utiliza 'Jorgibiris' para todos sus servicios ("suelo variar si me solicitan mayúsculas, caracteres numéricos y demás, pero sobre la misma base"). ¿La razón? "Jorge es el nombre de mi hermano pequeño. Jorgibiris es como le llamaba cuando era un enano”. La emotividad también está en 'uces152': "Es el nombre de mi pueblo y el número con el que entré en el conservatorio hace 16 años", nos cuenta otra persona.

Hay quien usa como contraseña una combinación de números y letras fácil de recordar: "Bueno... A veces uso la matrícula del coche, pero del que tenía cuando empecé a usar internet", nos cuenta un gestor cultural de 47 años. Este recuerdo le hace reaccionar: "Me deprimo viendo cómo ha pasado el tiempo".

Como cuando marcamos un favorito en Twitter creyendo que nadie nos vigila, las contraseñas pueden ser un lugar donde revelar nuestros más oscuros pensamientos. Un joven veinteañero sudamericano nos dice que en los servicios más privados utiliza 'P0r0ng4?' ('poronga', una forma malsonante de llamar al pene en algunos países del otro lado del Atlántico) y 'C0nch4fr14_' ('concha', como se llama a la vagina en el Cono Sur, entre otros lugares). "Al ser secreta, es como que tengo la libertad para decir lo que sea porque, total, nadie me va a escuchar. Por eso en general elijo contraseñas obscenas en código alfanumérico para evitar el 'hackeo'". Eso sí, cuando tiene que compartir la clave con otras personas, opta por un registro más modosito: su calle y el número de su casa ("si preciso pasar la contraseña de Netflix a mis padres, no me veo en un momento embarazoso").

¿Qué nos puede llevar a utilizar una u otra contraseña? Según el psicólogo social Guillermo Fouce, estudiando las contraseñas antiguas o nuevas "se pueden obtener algunos de los hábitos o de los gustos o algunas de las fechas que son importantes para esa persona. Se puede también saber si repite siempre la misma o si va modificando distintas contraseñas en función del tipo de tema".

Todas estas historias que hemos leído están relacionadas con momentos felices o neutros de la vida de nuestros entrevistados, que contestaron voluntariamente a un cuestionario anónimo. Pero, ¿es posible asociar recuerdos negativos a las contraseñas? Fouce nos cuenta que es habitual hallar el nombre de mascotas que fallecieron en la secuencia de caracteres. ¿Esto nos hace bien? "Depende de cada caso", matiza. "En el caso de los duelos, de que alguien haya fallecido, la cuestión está en que eso no marque tu vida. Si es una cuestión de mero recuerdo, no debería ser un problema ni es patológico".

La psicóloga Helen Petrie, de la Universidad de Londres, realizó una investigación con 1.200 personas para intentar descubrir qué personalidades había detrás de las contraseñas. Identificó cuatro grupos:

Orientados a la familia: Aquellos cuya contraseña se basaba en su propio nombre o apodo, en el de la mascota o en una fecha de nacimiento (es decir, "con valor emotivo", explicaba Petrie).

Fans: Contraseñas con nombres de atletas, cantantes, equipos de fútbol… Son jóvenes y se quieren identificar con el estilo de vida de estas celebridades.

Fantaseadores: Se imaginan que son más atractivos o altos de lo que son en realidad: ‘sexy’, ‘semental’...

Crípticos: Contraseñas verdaderamente difíciles de reconocer. ¿Qué conexión tendrán con la realidad?

El análisis de una contraseña no basta para descubrir a una persona. Como indica Fouce, tenemos que acompañarlo del manejo que realizamos de las redes, de las páginas que visitamos… No obstante, leyendo algunas de estas historias, queda claro que no nos comportamos igual delante de un desconocido que accediendo al correo electrónico; y que cuando queremos 'jugar seguro', lo hacemos, aunque a veces nos preguntemos por qué tantas mayúsculas y tantos caracteres especiales.

Facebook

Un grupo de investigadores ha rastreado los orígenes de Facebook para analizar científicamente cómo los patrones de crecimiento de la red social en las cien primeras universidades a las que llegó en 2004 se repitieron cuando se abrió al público general en 2006. El estudio demuestra que el contexto universitario en que nació fue fundamental para el desarrollo de la plataforma en su niñez.


Link de la foto y el artículo AQUI

"Se están saltando las clases. Están ignorando el trabajo. Los estudiantes pasan horas en frente de su ordenador en la más absoluta fascinación. La última moda, thefacebook.com, se ha extendido por el campus". Así describía 'The Stanford Daily' en mayo de 2004 los primeros meses de vida de la red social en esa prestigiosa universidad. Unas palabras que recogió Eduardo Saverin, cofundador de la red y director de finanzas en aquella época, en el primer 'kit' de medios que utilizó para atraer anunciantes.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder se ha propuesto regresar a la habitación de aquella residencia de estudiantes de Harvard en la que Mark Zuckerberg puso en marcha la popular red social. Entre los vestigios del pasado, buscan los patrones de crecimiento de la web en sus cien primeras universidades: 24 horas después de su lanzamiento, aquel histórico 4 de febrero de 2004, ya contaba con 1.200 usuarios en Harvard, y a los pocos días se lanzaba a la conquista de las universidades de Columbia, Stanford, Yale o Cornell.

"Estábamos interesados en la estructura de las redes sociales en este contexto único y en analizar cómo se reflejaba el ambiente real", nos explica Abigail Z. Jacobs, investigadora principal de este estudio científico sobre los orígenes de Facebook. Estos arqueólogos de la red han usado investigaciones previas sobre las características del primer millón de usuarios de Facebook en 2005, pero además han utilizado una pala virtual para rescatar el antes y el después de aquellos años.

Aquel informe de Saverin, que recogía datos sobre los primeros 70.000 usuarios de la plataforma, la búsqueda de las fechas de nacimiento de la red en cada una de las primeras cien universidades gracias a Internet Archive, los calendarios académicos de las instituciones o información sobre las matriculaciones del Departamento de Educación de Estados Unidos han servido a estos investigadores para estudiar la evolución de una red que causaba furor en todos los campus.

El estudio demuestra que, cuando thefacebook.com se implantaba en cada universidad, los usuarios aumentaban rápidamente. Cada vez que se unía un centro o llegaba al campus una nueva clase, se registraban usuarios que añadían a los amigos de su círculo cercano. "Primero, mucha gente podía irse uniendo, haciendo crecer el mundo con nuevas personas del exterior, pero después el mundo se hacía más pequeño, se creaban más conexiones entre gente con distancias sociales más grandes, por ejemplo a través de conocidos", detalla Jacobs, doctoranda en informática de la Universidad de Colorado en Boulder e investigadora especializada en teorías de redes.

A medida que aumentaba el nivel de adopción entre los universitarios, disminuía la distancia entre los miembros, un crecimiento controlado por el propio tamaño de la red en cada universidad. De la fase de expansión en una red dominada por los enlaces cortos se pasó a una fase de densificación en 2006, en la que los usuarios ya registrados comenzaban a aumentar su número de contactos. Facebook había madurado en las universidades.

A finales de 2005, la red (con el nombre de Facebook tras comprar el nuevo dominio por 200.000 dólares) contaba con seis millones de usuarios frente a los veinte millones de Friendster (que se extinguió, según algunos investigadores, porque los lazos que la unían no eran demasiado fuertes, y resucitó como una red social de videojuegos) y los veintidós millones de MySpace (que ese año mismo año fue adquirida por News Corp y aún sobrevive).

Pocos meses después, en septiembre de 2006, Facebook decidió abrir sus muros a todos los mayores de 13 años para regocijo de los internautas del planeta. En ese mágico momento, el crecimiento en dos fases (dispersión y densificación) volvió a producirse de la misma forma que cuando Facebook vio la luz por primera vez. Un descubrimiento que concuerda con estudios anteriores sobre el crecimiento de estas redes, pero que estos investigadores han demostrado con precisión en la niñez de la plataforma.

"Como Facebook creció originalmente en cada una de las cien universidades de nuestro estudio de forma relativamente independiente, pudimos efectivamente comprobar cien pequeños experimentos sobre cómo la red social creció en esas universidades", señala Jacobs.

¿Cómo cambió Facebook desde 2004 a 2009, el año en que algunos de los primeros usuarios estaban graduándose? ¿Evolucionó el comportamiento de los estudiantes a medida que la red se fue ampliando? Lo cierto es que mientras los primeros usuarios de Facebook se conocían primero en el mundo 'offline' y convertían después a sus colegas en virtuales, en 2007 y 2008 cada vez más usuarios trababan amistades 'online' sin conocerse previamente.

Jacobs nos explica que los ya licenciados utilizaban la red de forma diferente a los nuevos alumnos que comenzaban a relacionarse en el campus: la cantidad de tiempo que pasaban juntos los estudiantes estaba directamente relacionada con su número de amistades en Facebook y con el crecimiento de la red. "Algo que hemos encontrado interesante sobre el surgimiento de Facebook es que este, u otro servicio como este, era casi inevitable. Thefacebook.com, al igual que otros sistemas en ese momento, era un engranaje de estudiantes de universidad, que convertía los 'facebook' físicos al 'online'", nos explica esta investigadora.

La evolución de Facebook coincidió además con un cambio de comportamiento: los primeros usuarios se relacionaban virtualmente con personas del mismo sexo, pero cinco años después los estudiantes que comenzaban la universidad se relacionaban más con usuarios del sexo opuesto. ¿Evolucionó Facebook de ser una red social de colegas que se conocían en el mundo real a una red de ligues que iban conociéndose primero en el online?

"Vemos que el comportamiento de navegación social era disortativo del género [es decir, la mayoría de alianzas eran entre personas del sexo opuesto] . La navegación social tiende también a describir el comportamiento orientado a las citas y parece un propósito razonable para los adolescentes que comienzan la universidad", detalla Jacobs.

Aunque su estudio puede servir como punto de partida para la creación de nuevas plataformas, ese contexto universitario en el que nació la red social más popular del mundo nunca volverá a producirse. "Todas estas redes tuvieron la ventaja de un territorio claro e inexplorado: conectaron el potencial del ambiente online social con el ambiente local social", sentencia Jacobs.
Con sus 1.440 millones de usuarios activos mensuales, Facebook sigue creciendo, aunque de forma más lenta en los últimos tiempos, una tendencia perfectamente lógica según esta investigadora. " Mientras siga siendo barato mantener una amistad por Facebook no creo que vayamos a ver el final de esta fase [de densificación]. Si vemos un crecimiento más lento, pienso que significa que sigue uniéndose de forma parecida a una representación particular del mundo 'offline' o al menos a un subconjunto del mismo".

Al mismo tiempo que Mark Zuckerberg, uno de las veinte personas más ricas del planeta, sigue extendiendo sus dominios con adquisiciones como las de Instagram, WhatsApp o Oculus, y ha asegurado once años después del lanzamiento de Facebook que la tecnología del futuro nos permitirá comunicar directamente nuestros pensamientos por telepatía, todo apunta a que los 'me gusta' seguirán haciendo historia.

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